Febrero 2014.
Hace casi diez años, el grupo liderado por Erwin Wagner, actualmente en el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) generó de forma inesperada, a raíz de un trabajo de investigación básica, un ratón modificado genéticamente con síntomas muy similares a los de la psoriasis.
Tras la publicación en Nature, los investigadores iniciaron estudios con ese ratón, en busca las mecanismos moleculares que subyacen al desarrollo de esta enfermedad y buscar posibles terapias innovadoras.
Ahora, este grupo ha descubierto dos posibles vías de tratamiento del todo nuevas, basadas en compuestos farmacológicos que ya existen y que, en ratones, no parecen tener efectos secundarios.
Las dos nuevas estrategias que ahora publican los investigadores del CNIO son resultado de estudios en profundidad sobre la biología de la enfermedad, que han desvelado algunos de sus agentes causales.
En uno de los trabajos publicado, en diciembre 2013, en la revista Inmunity, se demuestra que bloqueando una proteína llamada S100A9, los síntomas de la enfermedad desaparecen.
En la otra, publicada en Science Translational Medicine, demuestran el mismo resultado al actuar sobre un ARN no codificante, el micro ARN mir-21.
En ambos trabajos se han empleado sofisticadas técnicas de biología molecular, y muestras humanas.
En la investigación liderada por Schonthaler, el primer paso fue comparar piel de lesiones de psoriasis con piel sana. Para ello, trabajando en colaboración con el grupo de Esteban Daudén, en el Hospital La Princesa, en Madrid, obtuvieron muestras de 19 pacientes del tipo psoriasis más común, y analizaron las proteinas presentes en su piel. Identificaron 1217 proteínas, de las que 214 estaban en cantidades significativamente distintas en piel sana y en las lesiones. En concreto, el complejo de proteínas S100A9OS100A9, era mucho más abundante en la psoriasis.
La segunda buena noticia de este trabajo es que demostró que un fármaco que ya está en el mercado, se usa contra el cáncer de próstata y para evitar el rechazo en transplantes, bloquea S100A9 y debería ser eficaz contra la psoriasis.
Lo siguiente fue trabajar con muestras humanas. Los autores del trabajo injertaron muestras de piel de una decena de pacientes en ratones vivos - una estrategia de xenotransplante que permite estudiar la reacción de un tejido humano in vivo sin poner en peligro a la persona, y trataron localmente las lesiones con un compuesto que bloquea miR-21.
Los trabajos han sido financiados por BBVA, el Ministerio de Economía y Competitividad y la Unión Europea.
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