viernes, 13 de abril de 2012

Estudio demuestra que el efecto placebo podría resultar eficaz contra la psoriasis.

No es droga o placebo, es droga y placebo.

El placebo del verbo latino placere (complacer), es una sustancia farmacológicamente inerte que se utiliza habitualmente en los estudios científicos para poder comprobar la eficacia de un medicamento. Suele ser una pastilla de azúcar, agua destilada, etc…

Cuando se realiza un estudio, normalmente, se divide a los pacientes en dos grupos, uno recibe el medicamento que se está probando y el otro placebo.

El efecto placebo es cuando un paciente al recibir placebo, y no saber que se trata de un medicamento, siente mejoría en su enfermedad debido a causas psicológicas.

Miembros de los Departamentos de Psiquiatría y Dermatología dentro de la Facultad de Medicina y Odontología en la Universidad de Rochester (www.urmc.rochester.edu) en Nueva York (EE.UU.) y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (www.stanford.edu) en California (EE.UU.), realizaron un estudio con 46 pacientes que sufrían de psoriasis de leve a moderada que se ha publicado en diciembre de 2009 en la revista Psychosomatic Medicine (www.psychosomaticmedicine.org).


Este estudio liderado por el recientemente fallecido Dr. Rober Ader, duró entre 11 y 14 semanas y ninguno de los pacientes tomó otra medicación más que la que les daban en el marco de la investigación.
Los científicos eligieron dos lesiones de psoriasis por voluntario, en una de ellas se aplicó un medicamento real (0,1% Aristocort A, del acetónido de la triamcinolona) y en la otra un placebo (crema hidratante).

A las 13  semanas se dividió a los pacientes en tres grupos: uno de ellos recibió las dosis completas del fármaco en el 100% de las aplicaciones, a otro grupo también se le administró las dosis completas pero sólo entre el 25% y 50% de las veces, y al último se le dieron dosis menores del medicamento pero en todas las curas.

Esta forma de realizar la investigación es novedosa ya que lo habitual es dividir a los pacientes en dos grupos y que uno reciba el medicamento que se está probando y el otro placebo. Los profesionales de la Universidad de Rochester explicaron que su objetivo fue probar un tratamiento que estuviera a mitad de camino entre la administración de solo el placebo o solo la droga real.

Para averiguar los resultados del estudio se eligió, para valorar las lesiones, a un dermatólogo “cegado” (que no sabía a quién se le había administrado cada tratamiento). Por otro lado, se registró si se presentaba alguna recaída en la severidad de estas lesiones.

En el caso del análisis de la gravedad, utilizando la Escala de la Severidad del Psoriasis (PSS), no se observaron diferencias significativas.

Sin embargo, el 22,2% de los voluntarios que recibió las dosis completas todo el tiempo sufrió una recaída dentro de las ocho semanas, mientras que el 26,7% de los que tomaron toda la dosis sólo entre el 25% y 50% de las veces pasó por la misma situación. Por ese motivo, los científicos concluyeron que no se observa una diferencia muy marcada entre quienes tomaron las dosis completas todo el tiempo o a veces.

En contraste, el 61,5% de los voluntarios que recibieron dosis menores en todas las aplicaciones sufrieron recaídas.

Según los investigadores se necesitan más estudios para analizar a fondo estos resultados, pero afirman que “nuestra investigación provee suficiente evidencia de que el efecto placebo podría posibilitar el tratamiento de la psoriasis con cantidades menores de fármacos. Aunque estos resultados son preliminares, creemos que las instituciones médicas deberían reconocer el poder de la mente como una parte importante del efecto de las drogas y comenzar a aprovecharlo”.

Diseñando tratamientos que mezclen la droga y el placebo, los investigadores esperan maximizar ventajas de la droga, reducir efectos secundarios, aumentar el número de pacientes que realicen su tratamiento y amplíen el uso de las drogas limitadas de otra manera por riesgo o toxicidad del apego. Además, reduciendo una parte de la droga se conseguiría una considerable ahorro en los costos de la atención sanitaria.

Autor: Juan Carlos Delgado

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